Preparación informática de la misa |
Mis sospechas empezaron cuando llegué media hora antes y estaban haciendo ajustes en el ordenador conectado a un proyector para poner imágenes y letra de canciones en la pantalla del presbiterio. No me gusta convertir las misas en espectáculos audiovisuales y la pantalla, más luminosa que el mal iluminado altar, hace que la vista se desvíe del que debería ser punto central de la celebración. Además suele ocurrir, y así fue en esta misa, que se produzcan fallos de coordinación entre las imágenes y textos que se quieren mostrar en la pantalla y el desarrollo de la ceremonia, constituyéndose en causa de distracción.