domingo, 4 de mayo de 2025

Problemas tontos y melindres en la preparación del Cónclave

     Al morir el Papa Francisco, dejemos para los sedevacantistas lo de Jorge Mario Bergoglio, muy mal papa, pero papa al fin y al cabo –Jesucristo nunca nos prometió que los papas serían buenos- nos ha dejado otro de sus líos, una situación de hecho, 135 cardenales de menos de 80 años, junto con unas normas en las que no encaja ese hecho. (O no le pareció bastante dejarnos Amoris laetitia y Fiducia supplicans, quiso dejarnos un lío más, o es que estas cosas le salían espontáneas de tanta práctica como tenía.)
     En cuestión de cardenales y cónclaves hay cuatro normas incompatibles:
1ª El Papa puede nombrar cuantos cardenales quiera.
2ª Son electores todos los cardenales menores de 80 años.
3ª Los electores no deben ser más de 120.
4ª El cónclave tiene que empezar pocas semanas tras producirse la Sede Vacante.
     Sería fácil cumplir la 3ª esperando unos años a que se mueran los cardenales que sobran, pero lo impide la 4ª.
     También se podría cumplir la 3ª saltándose la 2ª, pero ¿a qué cardenales dejar fuera, con qué criterio, qué norma ampara ese proceder?
     Las normas contradictorias no obligan ni en derecho ni en conciencia –Dios puede mandarnos cosas difíciles, nunca que dibujemos un círculo cuadrado- y lo único que puede hacerse es echarle buena voluntad al asunto y salir por donde se pueda, por donde sea más lógico y menos daño se produzca.
     Sobre la 1ª nada podemos hacer, y menos con el Papa muerto.
     Contradecir la 2ª sería un lío fenomenal en que los excluidos si podrían alegar que no se ha respetado su derecho. Eso sí que podría llegar al cisma, puestos en el peor de los casos.
     Incumplir la 4ª dejaría mucho tiempo sin gobierno a la Iglesia, muchas diócesis vacantes, mucho desgobierno en el Vaticano, que ya sin eso no es ejemplo de buen gobierno.
     Por incumplir la 3ª ningún cardenal puede protestar de que no se respete su derecho, ni se desgobierna la Iglesia ni se produce ningún otro mal real, aparte del mal imaginario de incumplir un conjunto de normas imposible de cumplir. Por que voten más de 120 cardenales ¿se va a hundir la capilla Sixtina? ¿los presuntos católicos alemanes se pondrán todavía más cismáticos de lo que ya están? ¿aumentarán la confusión doctrinal o los desmanes litúrgicos? ¿aumentará de algún modo el poder de Satanás?
     Bastantes problemas reales tiene la Iglesia como para hacernos problema de otra metedura de pata bergogliana.

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