viernes, 11 de enero de 2019

Por un plato de lentejas

     Es frecuente oír que, ante los enormes disparates morales de la política y legislación españolas, numerosos obispos se callan pensando en conservar la asignación tributaria y algunas subvenciones. Puede que sea así, aunque debemos añadir los complejos de inferioridad ante el Mundo. Si los obispos tuviesen como meta suprema la salvación de las almas, aunque solamente fuese de las suyas, sería difícil explicar tanto silencio y connivencia con las acciones satánicas de nuestros políticos sin algún interés adicional.