Soy un millonario atrapado en…

     Si sintiese que soy millonario, o que soy un millonario en el cuerpo de un pensionista, y actuase en consecuencia: caros coches, caros restaurantes, ropas, joyas, viajes... en muy poco tiempo consumiría cuanto poseo e incurriría en deudas. Objetivamente no tengo la base material necesaria para ser millonario: dinero, y como no la tengo mi extravagante sentimiento no podría nada contra la realidad. Cuanto más me empeñase en seguir esa idea irreal peor sería: del despilfarro de cuanto poseo seguramente pasaría a cometer estafas, que son delito y, mucho peor, pecado, y mi final sería lamentable, ya en este mundo.
     ¿Qué deberían hacer familiares, amigos, sacerdotes, autoridades estatales... si yo disparatase con ese sentir que soy lo que no soy, que tengo lo que no tengo? ¿Animarme a seguir por ahí? ¿Decir que están muy orgullosos y felices de que yo me sienta millonario? ¿Cambiar la moral revelada y transmitida por la Iglesia para afirmar que se puede estafar y comulgar? ¿Prohibir todo tratamiento psicológico que intente hacerme ver que mis posibilidades económicas son las que son y no las que siento?

Un acierto del Papa, que vengan más

     La gran mayoría de los obispos (presuntamente católicos) alemanes aprobaron un documento autorizando que comulguen los cónyuges protestantes de católicos, en ciertos casos ¡faltaría más! Parece ser que la Congregación para la Doctrina de la Fe, con aprobación del Papa, ha rechazado ese documento infecto.