martes, 31 de octubre de 2017

¡Qué se hagan luteranos y nos dejen en paz!

     En estos días los hay que andan celebrando, otros conmemoran y yo lamento el quinto centenario de la satánica rebelión de Lutero contra la verdad revelada por Cristo y la Iglesia por Él fundada.
     De lo más penoso en estos días, y hasta en los últimos años, es ver a personajes vaticanos, jefe incluido (el Papa Francisco, para que quede claro), que no paran de ponderar a Lutero como testigo del evangelio, los bienes espirituales que a la Iglesia han venido de toda aquella monstruosa colección de herejías y violencias contra la fe y los católicos, ni de poner estatuas del heresiarca o dedicarle sellos de correo.
     Lo mejor es siempre y sin la menor duda que el equivocado rectifique, el pecador se convierta y el que nos hace mal repare los daños que nos ha causado. Pero hay una segunda opción, muy digna de considerar, cuando la primera no llega ni se la espera: que se marchen y nos dejen en paz.
     Todos esos que tanto alaban a Lutero y los resultados que obtuvo ¿son sinceros o no? Si lo son que sigan a ese profeta que han encontrado, si no lo son hay que considerarlos unos falsos indignos de confianza. En cualquier caso sería un alivio que se largasen y nos dejaran en paz a los que queremos seguir siendo católicos, simplemente seguidores de Cristo en su Iglesia.

viernes, 13 de octubre de 2017

El Papa cuela mosquitos, traga camellos y genera confusión

     En los primeros tiempos de su pontificado, Francisco dijo que no iba a estar hablando del aborto a diario y creo que lo ha cumplido. Habla de la pena de muerte, que parece ser el mal de los males en lo que se refiere a respeto a la vida humana.

sábado, 7 de octubre de 2017

¡Señor, salva a España! ¿Para qué?

     Ante el peligro de desintegración estatal que se vive estos día en España, cierto sacerdote añade, al final de la misa, alguna oración tras invocar «Madre de Covadonga, sálvanos y salva a España».
     En orar no hay error, pedir a Dios, por intermedio de la Virgen, cosas que creemos buenas siempre da buen resultado –aunque es posible que Dios no nos conceda lo que pedimos sino bienes de verdad- y por ello no hay ningún mal en lo que hace ese sacerdote; todo lo contrario, ojalá muchos hiciesen lo mismo en vez de utilizar las iglesias para esconder urnas y recuentos de votaciones ilegales.
     No obstante yo me pregunto: ¿Qué interés pueden tener la Santina y la Santísima Trinidad en salvar políticamente a un pueblo apóstata e impío, en preservar la unidad de un estado anticatólico e institucionalmente contrario a la Ley Natural? ¿En qué contribuye a la gloria de Dios que exista un Estado español en vez de dos o cinco estados expañoles? ¿Los expañoles resultantes de la división van a estar más alejados de Dios que los españoles actuales? ¿Los estados expañoles van a llevar una política más inmoral ¡más todavía! que el actual Estado español?
     En fin, Dios es grande y sabrá encontrar bienes donde yo no alcanzo a verlos; pero me parece que, religiosamente hablando, el que pereciese el actual Estado español no sería una gran pérdida. Otra cosa es en terrenos como el económico, el de los derechos humanos de los que han tenido la suerte de no ser abortados a cargo del Estado español, y algunas otras cosas por el estilo. En estos otros aspectos la división podría ser una catástrofe con algún que otro conflicto armado incluido; recordemos el cantonalismo.