viernes, 27 de diciembre de 2019

Paganización musical de la Navidad

     España ha sido un país católico en que muchos aspectos de la vida, incluidas las formas populares de celebrar la Navidad, adquirieron un tinte católico al paso de los siglos. Caen fe y práctica religiosas y caen sus derivaciones, lo que puede observar en las canciones más escuchadas en fechas navideñas, los villancicos de antaño y las llamadas canciones navideñas de hogaño.
     Entre los villancicos con cierta tradición en España, décadas o siglos, hay muchos explícitos al decir qué se celebra en Navidad, y comparados con las canciones que los han reemplazado parecen escritos por teólogos al hablar de la divinidad y la humanidad del Niño. El examen de algunos ejemplos lo muestra claramente.
     El estribillo de uno de los villancicos que sigue escuchándose dice: «Pero mira como beben los peces en el río, pero mira como beben por ver al Dios nacido.» ¡Portentoso! Le bastan dos palabras «Dios nacido» para dejar claro que se celebra el nacimiento de Dios encarnado. El resto de la letra puede verse simpática o disparatada, va en gustos, pero la claridad doctrinal es absoluta.
     Otro muy conocido fue «Campana sobre campana», que en diversas estrofas dice: «… asómate a la ventana, verás al Niño en la cuna.» «… asómate a esa ventana, porque está naciendo Dios.» Y no conforme con hablarnos del nacimiento del Verbo encarnado, hacia el final añade su misión: «… en una Cruz a esta hora, el Niño va a padecer.»
     Lo del «Dime Niño» no es menos claro en ningún aspecto. Arranca así: «Dime Niño de quien eres todo vestidito de blanco. Soy de la Virgen María y del Espíritu Santo. Resuenen con alegría los cánticos de mi tierra y viva el Niño de Dios que nació en la Nochebuena.» Este villancico también termina recordando su misión: «Soy amor en el pesebre y sufrimiento en la Cruz.»
     Hace solamente unos cincuenta años triunfó en España «El pequeño tamborilero», una canción de origen extranjero que dice cosas como: «Ha nacido en el portal de Belén el Niño Dios.» Quizás sea la última canción navideña con sentido católico que ha conseguido hacerse muy popular en nuestro país.
     No todos los villancicos de cierta tradición en España son así de buenos doctrinalmente, hay muchos que ni siquiera dicen algo calificable de religioso; pero el hecho de que los de contenido católico hayan sido populares dice mucho en favor de los que vivieron antes que nosotros en este país.
     En contraste con lo anterior las canciones, llamadas navideñas, que ahora inundan radios, televisiones, centros comerciales y calles –estas últimas de manos de los ayuntamientos- son absolutamente no católicos, no tienen el menor contacto con lo que se celebra en Navidad. Veamos ejemplos.
     «Jingle Bells» es una de las canciones que más castiga nuestros oídos. Compuesta en Estados Unidos a mediados del siglo XIX, su título hasta podría traducirse como «Cascabeles cascabeleando», lo que se corresponde con su contenido sobre correr por la nieve en trineo tirado por un caballo, cuyos cascabeles suenan, y aprovechar para cortejar a las chicas. No busque referencias al nacimiento del Señor, no las hay.
     «Blanca Navidad» es otra canción procedente de Estados Unidos, compuesta –música y letra- hacia 1941 por un judío al que nada hay que objetarle; pero que presuntos cristianos conviertan en canción navideña una cosa que habla de lo blanca que es la nieve y recuerdos de infancia… Más aún, lo único que alude a la Navidad en la letra original suele omitirse en las diversas versiones. Tras hablar de sol, hierba verde, naranjas y palmeras dice: «Pero es 24 de diciembre…», que tampoco es mucho decir.
     Existe otra canción, «El abeto», creo procede de un original alemán «O Tannenbaum», que incluso se ha colado en algunas iglesias católicas. ¿Qué dice? Que el abeto conserva sus hojas en invierno y por eso en tiempo de Navidad es más bonito que otros árboles (en algunas traducciones se especifica que las hojas son verdes ¡toma profundidad doctrinal!). Así más o menos, el que quiera sacarle otras virtudes que lo haga.
     Existe otra canción de estas titulada «Feliz Navidad» y cuya primera parte suele cantarse en español y la segunda en inglés. En la primera se dice dos veces, con una no debe quedar suficientemente claro, «Feliz Navidad, feliz Navidad, feliz Navidad, próspero año y felicidad.» En la segunda el compositor se vino arriba y escribió «Quiero desearte una feliz Navidad, quiero desearte una feliz Navidad, quiero desearte una feliz Navidad desde el fondo de mi corazón.» Ni la menor indicación de porqué desea una feliz Navidad y no un feliz ocho de agosto, por ejemplo.
     Por terminar, una canción que hace furor de 25 años para acá es «All I Want For Christmas Is You» en que la compositora y cantante original habla de sus sentimientos amorosos hacia su marido de entonces, digo de entonces porque al poco se divorciaron y se casó con otro (si es que alguno de los matrimonios llegó a ser válido, mejor no meternos en esos berenjenales). Lo único bueno es que prefiere a su amado a los aspectos ornamentales y materiales que suelen rodear la época navideña, algo así como «contigo pan y cebolla».
     Fuera de España se han creado estupendas canciones navideñas con buena doctrina católica, que Dios distribuye generosamente su gracia por todas partes, pero las que han venido para dominar el ambiente español son del tipo de basura descrito en párrafos anteriores.
     En fin, que o los católicos nos ocupamos de saber lo que celebramos estos días y lo celebramos con mucha consciencia, fe, devoción, etc. o no serán las canciones que tenemos que soportar en la mayoría de los lugares públicos y privados las que nos orienten.

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