Monseñor Dario E. Viganò, al que muchos atribuyen la responsabilidad de este desaguisado. Autor de la fotografía: "Associazione Amici di Piero Chiara". |
En la carta el Emérito califica esos libros de pequeños volúmenes «piccoli volumi» dos veces, una forma de decir que no es demasiado grande la obra intelectual de Francisco, lo que parece rebajar de antemano la posterior afirmación de que el Papa Francisco tiene una profunda formación filosófica y teológica. Vamos, que Francisco sepa mucho podrá ser verdad o no, pero que su producción solamente da para «piccoli volumi» es indudable.
Según el Emérito estos pequeños volúmenes ayudan a ver la continuidad interior entre los pontificados, pese a las diferencias de estilo y temperamento (esa continuidad debe estar profundamente escondida en el interior de esos libros y por eso la han visto pocos); aunque la afirmación benedictina puede ser algo irónico pues, a continuación, afirma que no ha leído esos libros, ni los va a leer, ni piensa escribir sobre ellos ¿cómo sabe que en ellos se halla la clave de esa hipotética continuidad interior?
Honradez, señores colaboradores de Francisco, honradez y no intentar colarnos mutilaciones y falsedades. Si el Octavo Mandamiento no les basta piensen que ahora todo se descubre a la velocidad de internet.
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