martes, 6 de octubre de 2015

De momento, el Sínodo parece ir bien

     Viendo los primeros discursos y ruedas de prensa producidos en este Sínodo parece que todo va bien.
     El Papa, en la vigilia de oración, la misa de apertura y el discurso de introducción no ha dicho nada que pueda ser mal interpretado; el cardenal Péter Erdö en su relación inicial y en la rueda de prensa ha estado muy bien, ni comunión de adúlteros ni valores positivos en las uniones homosexuales.
     En la hora de tercia del día 6 el cardenal Allencherry, tomando pie de la vida dura y fuera de las corrientes sociales dominantes que Dios pidió al profeta Jeremías (no casarse, no celebrar duelos ni fiestas), afirmó que: «The pastors of the Church in the present times are called to take upon their lives a prophetic role of suffering and kenosis, similar to that of prophet Jeremiah.» (Los pastores de la Iglesia, en los tiempos actuales, están llamados a tomar en sus vidas un papel profético de sufrimiento y anonadamiento, similar al del profeta Jeremías.) Lo interpreto como una invitación a decir y hacer cosas que son impopulares, que no encajan con nuestro mundo de pecado: el matrimonio es indisoluble, las uniones homosexuales son siempre malas, los adúlteros no pueden comulgar… Espero no estar dejándome llevar por mis querencias.
     Únicamente el cardenal Rodríguez Maradiaga, en la hora de tercia del día 5, dijo algo que podría llevarnos a cierta desconfianza, por lo ocurrido el pasado año en el Sínodo, no porque de suyo sea para desconfiar mucho: «Es hora de saber cómo diseñar en una cultura que privilegie el diálogo como forma de encuentro, la búsqueda de consensos y acuerdos. No necesitamos un proyecto de unos pocos para unos pocos, o una minoría ilustrada o testimonial que se apropie de un sentimiento colectivo.» Espero que el Cardenal no considere el matrimonio indisoluble cosa de una minoría ilustrada o testimonial ni busque consensos sobre cómo tiene que ser el matrimonio.
     Me pareció algo optimista, pero eso no es pecado, o pelotillero el cardenal Vingt-Trois en su saludo como presidente delegado del Sínodo, cuando dirigiéndose al Papa dijo: «Le Motu Proprio Mitis Iudex Dominus Iesus par lequel vous avez réformé les procédures concernant les procès canoniques sur la validité sacramentelle des mariages donne une indication précieuse sur l’esprit dans lequel nous abordons cette phase du travail.» (El Motu Proprio Mitis Iudex Dominus Iesus, mediante el cual habéis reformado los procedimientos para los procesos canónicos sobre la validez sacramental de los matrimonios, proporciona una indicación valiosa sobre el espíritu con el que nos acercamos a esta fase del trabajo.) A mí, profano en la materia pero no tonto, y a muchos canonistas nos parece que estas nuevas normas pueden ser un coladero –los canonistas lo dicen más finamente–. El tiempo dará su veredicto inapelable.
     En fin, que si todo el Sínodo fuese así esto sería una maravilla, pero supongo que en algún momento enseñarán la patita los herejes y los manipuladores de documentos sinodales. No sé si en este punto estoy siendo pesimista o realista bien informado.

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