viernes, 27 de noviembre de 2015

Comentarios sobre algunas noticias

     Cada día trae un aluvión de noticias y a muchas se les puede sacar punta, tantas noticias y tanta punta que el día no bastaría para ello. Esta selección de tres de los últimos días es un ejemplo de lo mucho que se puede comentar si se coge con gana.
     Hoy mismo, en Francia, han celebrado un homenaje a las víctimas de los atentados terroristas de hace dos semanas con discurso del Presidente de ese país, incluido. Y vaya si incluyó, pues en el discurso nos dejó la siguiente perla: “Ils ont le culte de la mort, mais nous, nous, nous avons l’amour, l’amour de la vie.” (Ellos [los terroristas] tienen el culto a la muerte, pero nosotros, nosotros, nosotros tenemos el amor, el amor de la vida.) Caben otras traducciones menos literales pero en cualquier versión la cosa es grotesca: el presidente de un país donde se realizan más de doscientos mil abortos anuales con toda legalidad y, en gran parte, pagados por el Estado diciendo que en ese país tienen amor de la vida, o amor a la vida o alguna otra cosa que conjugue amor y vida. Quizás haya querido decir que lo que les gusta es la juerga, el pasárselo bien y «a vivir que son dos días». En este caso si es posible que el presidente de un país así pueda juntar amor y vida en la misma frase.
     En la noche del viernes 13 de noviembre de 2015 los terroristas mataron 130 personas; ese mismo día, a esas horas, el Estado francés ya había matado unas 600 tan inocentes, por lo menos, como las que murieron en los atentados. ¿Qué lógica, qué conciencia permite decir que los terroristas dan culto a la muerte y Francia, en su conjunto, a la vida? Si el Presidente hubiese dicho «los terroristas son todavía peores que nosotros» yo estaría de acuerdo, al fin y al cabo prefiero vivir en Francia a hacerlo en el Estado Islámico.
     Quizás mis comentarios sobre terrorismo y aborto hieran alguna sensibilidad. Mejor que herirlas sería matarlas y sustituirlas, en las personas que tienen tan errada sensibilidad, por otras más acordes con la razón.
     La Iglesia católica que peregrina en Alemania, cada vez en menor número y con peor modo de peregrinar, parece estar formada por una mayoría de herejes y racistas, sin excluir pulsiones cismáticas ¿acaso hay algún problema en conjugar cisma y herejía? Aparte del arrianismo, que parece estar muy extendido aunque no sale demasiado en las noticias, el error doctrinal es patente en lo relativo a divorciados vueltos a casar (adúlteros) y comunión sacramental en tales casos. En torno al último Sínodo fue más difícil encontrar declaraciones de un obispo alemán católico que de una herético. Para escarnio de los católicos que en muchas partes del mundo sufren persecución por su fe o, sin llegar a tanto, llevan adelante su fidelidad con trabajos y estrecheces, estos alemanes que nadan en dinero están en perfecta comunión con el Papa. Puro formalismo, claro, porque si por lo que creen, dicen y hacen fuese, hace tiempo que estarían excomulgados.
     Allá por octubre de 2014 el cardenal Kasper hizo unas declaraciones –que luego empeoró mintiendo al afirmar que no había dicho lo que había dicho y le habían grabado– despreciando a los obispos africanos con una mezcla de complejo de superioridad intelectual y racismo, aunque algunos opinaban que no era tanto como racismo. Esas declaraciones, más o menos racistas, eran a la vez heréticas, pues un motivo fundamental del desprecio era el que los africanos mantuviesen la buena doctrina –otra pareja que se lleva bien, racismo y herejía.
     Vaya por delante que racismo lo hay en todas partes y que según los casos y circunstancias puede resultar difícil no caer en él, pero me parece que las cabezas más destacadas de la Iglesia en Alemania están muy sobradas en ese aspecto. Ahora publican en la web de la Conferencia Episcopal Alemana un artículo que atribuye el crecimiento de la Iglesia en África a la pobreza, el bajo nivel educativo y el que los africanos, por lo general, son tontos pues aceptan respuestas sencillas a preguntas difíciles de la fe. También dice el artículo que la estupidez de los africanos es alimentada por las simplezas que dice el cardenal Sarah y el aumento del número de sacerdotes se debe a que los sacerdotes son de los pocos que tienen seguridad social en el continente negro.
     Me hace especial gracia lo de las respuestas sencillas a las preguntas difíciles de la fe, como si las respuestas retorcidas fuesen intrínsecamente superiores a las verdaderas, siendo así que Dios se nos ha revelado en formas comprensibles para la generalidad de los humanos: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a los pequeños» Mt 11,25 y su paralelo en Lc 10,21.
     Mientras en la pobre África se predica a Jesucristo en la rica Alemania se predica el conformarse al Mundo y la Iglesia se halla en liquidación por exceso de dinero y falta de fieles. Ya he comentado alguna vez que riqueza y pobreza no tienen que ver con la fe; en la cada vez más rica Corea del Sur se predica a Cristo y la Iglesia crece. Ir a mejor o a peor es cosa de seguir al Señor o alejarse de Él y en ese seguimiento el complejo de superioridad intelectual y, sobre todo, teológica de los alemanes no ayuda. Me viene a la memoria el «Alardeando de sabios, resultaron ser necios» de Rm 1,22. Mucho más se podría comentar de la profunda necedad de buena parte del catolicismo alemán, pero con su paulatina desaparición ya tiene castigo bastante y seguramente Dios preserve un resto.
     El Papa pronunció un discurso, en la sede que Naciones Unidas tiene en Nairobi, que incluye, una vez más en Francisco, la aceptación total de las tesis del calentamiento global de origen humano. Es curioso. El Santo Padre tiene más formación teológica que científica y sin embargo ve clarísimo lo del calentamiento y no tan claro lo de matrimonio, adulterio y comunión –si lo ve claro ¿a qué montar todo el lío del Sínodo?–; yo tengo más formación científica que teológica y veo clarísimo lo de la moral mientras que tengo mis dudas sobre los dogmas calentológicos que nos quieren imponer. Debe ser que la ignorancia me facilita emitir juicios categóricos.

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