martes, 1 de diciembre de 2015

Usar los males del mundo como burladero

     Cuando un alumno me preguntaba cosas del estilo de ¿cómo se resuelve esa ecuación? yo era consciente –mi madre no tuvo hijos tontos, como dicen en alguna película– de que en el mundo hay hambre, injusticias, aborto, etc. y responder a preguntas de ese tenor no resuelve tales problemas; pero era lo que interesaba al alumno, para lo que estaba receptivo y lo preguntado entraba en las obligaciones de mi cargo.
     Nunca utilicé los grandes problemas de la humanidad para burlar mi deber de ayudar a los alumnos en la resolución de los problemas de la asignatura y sus sencillas ecuaciones. Podía no adoptar el enfoque tan limitado que, a veces, tenía el alumno, incluyendo en la respuesta un planteamiento de mayor fundamentación teórica y mayor generalidad de lo que se me había preguntado; pero salir por peteneras, eso nunca; condicionar mi respuesta a un futuro feliz en que todo vaya bien en este mundo, jamás lo hice.
     Así procedía salvo falta de tiempo y oportunidad. Claro que yo tenía la ventaja de enseñar materias que no iban en nada contra mis creencias e inclinaciones, que no me causaban la menor incomodidad moral o intelectual.
     En su regreso del reciente viaje por África el Papa mantuvo una rueda de prensa con los periodistas que le acompañaban. Una de las preguntas y su respuesta fue la siguiente:
     - El Sida golpea duramente en África. La medicación permite que la gente viva más tiempo, ayuda a la gente pero la epidemia continúa. En Uganda solo el año pasado 135 mil nuevas infecciones. En Kenia la situación es aún peor. El HIV es la más grande causa de muerte en África. Usted se ha encontrado con niños seropositivos y un testimonio conmovedor en Uganda, pero ha dicho poco sobre la cuestión. Sabemos que la prevención es una clave. También sabemos que el preservativo no es el único modo para parar la epidemia pero parte importante de la respuesta. ¿No es tal vez el tiempo de cambiar la posición de la Iglesia en este sentido para permitir el uso de preservativos para evitar nuevas infecciones?
     - La pregunta me parece demasiado pequeña. Me parece también una pregunta parcial. Sí, es uno de los métodos. La moral de la Iglesia se encuentra, pienso, en este punto, frente a una perplejidad. O el quinto o el sexto mandamiento: la vida o que la relación sexual esté abierta a la vida. Pero este no es el problema. El problema es más grande. Esta pregunta me hace pensar en la que le hicieron a Jesús una vez: “Dime, maestro, ¿es lícito curar el sábado?” Es obligatorio curar. Esta pregunta si es lícito curar. La malnutrición, el trabajo esclavo, la explotación, la falta de agua potable... Esos son los problemas.
»No hablemos de si se puede usar esta tirita o no para esa herida. El gran problema la injusticia social, la injusticia del medio ambiente. A mí no me gusta bajar a preguntas, a reflexiones tan casuísticas cuando la gente muere por falta de agua, de pan, de hábitat.
»Cuando todos estén curados, cuando no haya estas enfermedades trágicas que hace el hombre, tanto para las injusticias sociales o para ganar más dinero. Pienso en el tráfico de armas. Cuando no haya estos problemas creo que se puede hacer la pregunta: “¿Es lícito curar el sábado?”
»¿Por qué se sigue fabricando armas y traficando con ellas, las guerras son el motivo de mortalidad más grande. Yo diría que mejor es no pensar si es lícito o no curar en sábado. Yo diría a la humanidad: hacer justicia. Y cuando todos estén curados, cuando no haya injusticias en este mundo podremos hablar del sábado.

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