sábado, 11 de junio de 2016

La película «Si Dios quiere»

     Ayer acudí a verla y me resultó divertida. Da para reírse un rato si se toma con católico humor la carga de autosuficiencia, hipocresía, vaciedad y crasa ignorancia llena de prejuicios contra la Iglesia en que viven muchos occidentales paganizados. De todas formas le auguro el más rotundo fracaso comercial: entré con la sala ya a oscuras, en algún momento me pareció que había alguien más, pero cuando se encendieron las luces estaba solo. O el exhibidor perdió dinero proyectando para mí como único espectador o a los otros no les gustó y salieron huyendo durante la proyección.
     Se trata de una película italiana del año 2015, cuyo título original es «Se Dio vuole», de duración moderada, 87 minutos, y sin grandes estrellas. Las sinopsis que se encuentran por internet insisten en que el hijo del protagonista, ateo y presuntamente liberal, revoluciona la familia al decir que quiere hacerse sacerdote. En realidad eso no es más que un arranque; el verdadero tema de la película es cómo una persona egoísta, antipática, llena de autosuficiencia y prejuicios evoluciona favorablemente cuando empieza a interesarse por alguien que no es él mismo, su hijo que quiere ingresar en un seminario, y establece cierta relación con un buen sacerdote. No es que de ateo se convierta en creyente, ni que de estar próximo al solipsismo se transforme en Teresa de Calcuta, pero mejora mucho su relación con los que le rodean, se convierte, cuando menos, en una persona tratable y levemente cariñosa.
     Por lo demás es una comedia italiana y usa los recursos propios del género; nadie espere profundísimas meditaciones filosóficas, grandeza heroica de los personajes, ni cosas así. Pero si usted no odia a la Iglesia, ni ha sufrido un lavado de cerebro contra los curas, puede divertirse un rato.

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