Se trata de una película italiana del año 2015, cuyo título original es «Se Dio vuole», de duración moderada, 87 minutos, y sin grandes estrellas. Las sinopsis que se encuentran por internet insisten en que el hijo del protagonista, ateo y presuntamente liberal, revoluciona la familia al decir que quiere hacerse sacerdote. En realidad eso no es más que un arranque; el verdadero tema de la película es cómo una persona egoísta, antipática, llena de autosuficiencia y prejuicios evoluciona favorablemente cuando empieza a interesarse por alguien que no es él mismo, su hijo que quiere ingresar en un seminario, y establece cierta relación con un buen sacerdote. No es que de ateo se convierta en creyente, ni que de estar próximo al solipsismo se transforme en Teresa de Calcuta, pero mejora mucho su relación con los que le rodean, se convierte, cuando menos, en una persona tratable y levemente cariñosa.
Por lo demás es una comedia italiana y usa los recursos propios del género; nadie espere profundísimas meditaciones filosóficas, grandeza heroica de los personajes, ni cosas así. Pero si usted no odia a la Iglesia, ni ha sufrido un lavado de cerebro contra los curas, puede divertirse un rato.
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