viernes, 18 de noviembre de 2016

No harían falta clarificaciones si todos se mantuviesen claramente en la verdad

     Mi aplauso para los cardenales Brandmuller, Burke, Caffarra y Meisner por pedir al Papa clarificaciones doctrinales a propósito de la exhortación Amoris Laetitia, que buena falta hacen.
     Nadie tendría que pedir estas clarificaciones doctrinales si todos nos hubiésemos mantenido en la línea de pensamiento: el matrimonio es indisoluble, la unión de una persona casada con otra distinta de su cónyuge es adulterio, el adulterio es pecado mortal y en pecado mortal no se puede comulgar.
     Sí, hay que hacer precisiones sobre la indisolubilidad del matrimonio entre bautizados, la diferencia entre la objetividad de los actos y la conciencia de los que los cometen y quizás algunas más. Pero todas esas precisiones, explicaciones, consideraciones y disquisiciones no pueden llevarnos a resultados diametralmente opuestos a lo profesado firmemente por la Iglesia durante siglos con el máximo apoyo en la Tradición y la Escritura.
     Como puede verse en http://www.religionconfidencial.com/vaticano/secretario-Consejo-Cardenales-confirma-divorciados_0_2813118670.html , Monseñor Marcello Semeraro, obispo de la diócesis italiana de Albano y secretario del Consejo de Cardenales del Papa, es uno de los más potentes retorcedores de la voluntad de Dios que puede encontrarse hoy en día en la Iglesia en lo que a divorciados vueltos a casar se refiere. Veamos un pequeño muestrario de Monseñor:
     - Los divorciados que después se casan civilmente han dado un paso adelante y no pueden volver atrás. ¿Si tuvieron la osadía de dar un paso atrás en su matrimonio canónico, pese a ser indisoluble, qué motivo hay para que no lo den en un matrimonio civil, que además es ilegítimo?
     - Al dar el paso de casarse civilmente, con nuevos hijos, con probada fidelidad, entrega generosa, compromiso cristiano… ¿Compromiso cristiano en el adulterio? Monseñor delira.
     - Son personas que tienen hijos y tienen entre ellos una responsabilidad en su relación. Gaudium es Spes (la constitución pastoral que escribió el beato Pablo VI sobre la alegría y la esperanza) dice que aquellos matrimonios que se abstienen de tener relaciones conyugales ponen en peligro su relación, pudiendo cometer infidelidades. ¿Se puede retorcer más un documento del Concilio Vaticano II, no de Pablo VI? ¿Qué tiene que ver la posible infidelidad en matrimonios que se abstienen de relacionas conyugales con uniones adúlteras que no son matrimonios?
     Este obispo y otros muchos eclesiásticos que se dedican a poner del revés los mandamiento de Dios tienen ilustrísimos antecesores. Léase al inicio del capítulo 15 de San Mateo, o del 7 de San Marcos, lo que fariseos y escribas habían hecho con el mandamiento «Honra al padre y a la madre.» y lo que el Señor opinaba de ellos: «invalidáis el mandato de Dios en nombre de vuestra tradición». Ahora es en nombre de una misericordia inventada, que no es la de Dios, razonamientos especiosos y la acomodación al Mundo.

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