sábado, 8 de septiembre de 2018

Aversión a la Misa Tradicional

Fotografía facilitada por la
Fraternidad Sacerdotal de San
Pedro.
Otros no lograrían, ni aunque
lo intentasen, ofrecer algo así.
     En el catolicismo tenemos una pléyade de posibilidades para vivir nuestra fe: varias liturgias, multitud de devociones, múltiples modelos de vida… un enorme número de formas legítimas utilizables según las diversas fases y necesidades de nuestras vidas, la educación recibida, carácter y sensibilidad. No podemos poner en práctica todas esas posibilidades; algunas se excluyen mutuamente como matrimonio y celibato por el Reino de los Cielos, otras es que no tendríamos tiempo suficiente para tantas en toda nuestra vida. Pero todas son dignas de respeto y aprecio, aunque no sean las que mejor nos van o nos gusten –para gustos los colores- y ninguna puede ser objeto de desprecio, menos de odio. No experimento deseos de hacerme cartujo, ni de inscribirme en una cofradía sevillana ni soy devoto de algún que otro santo que no citaré; pero todo ello me parece correcto, nada criticable en principio, y no deseo la desaparición ni de los cartujos –sería una desgracia grande-, ni de las cofradías sevillanas ni que los santos en cuestión dejen de tener devotos.
     ¿A qué viene la aversión de ciertos católicos hacia algunas de esas posibilidades legítimas? ¿Por qué quieren que desaparezcan? ¿Por qué les ponen tantas dificultades? ¿Qué bien esperan de poner obstáculos a los que quieren vivir esas posibilidades? Y más importante ¿qué espíritu les anima? ¿Esa aversión viene de Dios o de Satanás? Recuerdo haber leído de algún experto en la materia que no había que presuponer posesión diabólica o cosa similar en personas enormemente perversas que han hecho el mal a escala gigantesca –ponía el ejemplo de algunos políticos-, podría tratarse de personas tan espontáneas, tan entusiastas y voluntarias en la realización del mal que el Diablo no tenía que ejercer acción especial alguna en ellas.
     ¿En qué caso se hallan los enemigos de la Forma Extraordinaria del Rito Romano? ¿De dónde les viene esa aversión, tanto buscar pretextos y trucos para impedir que se celebre la Santa Misa en su forma tradicional? ¿Les sale de dentro o se lo mete dentro el Maligno? Me hago estas preguntas pues no veo motivos basados en los bienes que trae la Forma Ordinaria ni en los males que trae la Forma Extraordinaria.
     No voy a decir que «después de» significa «a causa de», por lo que no puede afirmarse que los males que afligen a la Iglesia desde que se introdujo el Novus Ordo sea culpa de sus novedades; pero mucho menos puede decirse que los males proceden de las antiguas formas litúrgicas, que fueron barridas antes de iniciarse la actual debacle. Puesto a buscar causas para la apostasía silenciosa y masiva que nos aqueja yo propondría el lamentable antropocentrismo de la nueva liturgia o las herejías contenidas en los misales –«la humanidad entera entrará en tu descanso»- antes que el teocentrismo de la antigua liturgia o sus textos doctrinalmente impecables. ¿Y qué decir de la pintoresca idea de que el sacerdote preside la Misa, en sustitución de la más tradicional de que celebra u ofrece el Sacrificio de Cristo?
     En la Archidiócesis de Oviedo hay un sacerdote que quiere celebrar los días de precepto, por su gusto sería todos los días, la Santa Misa de la Forma Extraordinaria y un grupo de fieles deseando asistir a la misma ¿qué motivos racionales hay para dificultárselo?
     ¿El mal que hace esa forma de celebración? Ya se ha visto que si alguna hace mal será la nueva, la vieja forma mantuvo la fe de nuestros antepasados durante siglos y fue la única que conocieron multitud de santos de los más venerados.
     ¿La ilicitud? Según Summorum Pontificum es lícita, todo sacerdote puede celebrarla sin pedir permiso a nadie, a los grupos estables de fieles que la deseen debe facilitárseles…
     ¿Demasiados pocos los que quieren acudir? En la Basílica del Sagrado Corazón de Gijón se celebra Misa, Novus Ordo, a las 8:15 horas los días de diario a la que asisten entre 20 y 32 personas, aproximadamente las mismas que las peores épocas de la celebración por el Vetus Ordo en la Capilla de los Remedios. ¿Por qué nunca se ha podido celebrar la Misa Tradicional en la Basílica? ¿De verdad que por falta de fieles o más bien por exceso de aversión? Y todos sabemos que en muchas parroquias rurales los domingos se celebra con menos de esos veinte o treinta fieles. ¿No será que se ha creado por parte de algunos un ambiente malsano y hasta intimidatorio contra la Santa Misa Tradicional?
     La Catedral de Oviedo y su turistificación merece capítulo aparte. ¿Qué se celebra en la Santa Iglesia Catedral Basílica Metropolitana de San Salvador de Oviedo? A diario dos Misas por la mañana, añadamos otra la tarde del sábado y cinco los domingos; en total 18 Misas a la semana entre todas sus capillas y altares. A mí me parece demasiado edificio para tan poco culto, me parece que hay sitio y tiempo para muchas más Misas, si hay quien quiera celebrarlas y asistir. Pero resulta que no, no hay una hora ni un hueco para la Santa Misa Tradicional. Para visitas turísticas, en este mes de septiembre de 2018, está abierta 47 horas a la semana, para un grupo que desea celebrar la Misa Tradicional cero. ¿Y si los devotos del Vetus Ordo pagasen entrada, desaparecerían los inconvenientes?
     Otra posibilidad es que el Cabildo tema que una Misa Tradicional impurifique la liturgia que se celebra en la Sancta Ovetensis, que no sea digna esa Misa de ese marco o que pueda deformar la sensibilidad litúrgica de los que van a impregnarse de neoliturgia en la Catedral. Si el Vetus Ordo puede profanar la Catedral les recuerdo a los canónigos que fue profanada durante siglos y que no se consideró necesario reconciliar el templo cuando se pasó de la anterior forma litúrgica a la nueva. Respecto a que nuestra querida y turistificada Catedral pueda considerarse escuela litúrgica de algún tipo, nada es imposible dado cómo anda la liturgia en el conjunto de la Archidiócesis de Oviedo y que en el país de los ciegos el tuerto es rey.
     ¿Otros templos de Oviedo? Hay bastantes en la zona urbana con capacidad y tiempo para acoger una Misa del tipo que sea: Forma Extraordinaria, Rito Hispano Mozárabe, Rito Bizantino o lo que haga falta si hay sacerdotes y fieles católicos que lo deseen. Pero aquí entra el ambiente malsano e intimidatorio que una parte del clero ha creado contra la Misa Tradicional; unos por aversión, satánica o espontánea, otros por no indisponerse con los unos. ¡Qué pocos sacerdotes anteponen el bien de las almas a las pequeñeces del gremio sacerdotal! No me extraña que algunos digan «no creo en los curas»; los curas no son el mejor argumento que hay para creer en la Iglesia, incluso en ausencia de escándalos sexuales.
     Y el Arzobispo callado, sin responder a las peticiones, quizás complaciéndose en la desaparición de la Forma Extraordinaria en la Archidiócesis. ¿Esperará a que abandonen por desesperanza los diversos peticionarios y entonces dirá que él quería pero que nadie quiere la Misa Tradicional? ¿Querrá hacer méritos ante el Papa Francisco? ¿Creerá que hace méritos para el Cielo ninguneando a los que la piden? ¿Cree que el número y fidelidad de los católicos de Asturias aumentará a medida que aumente la decepción de los deseosos del Vetus Ordo? El papel de una buena parte de los obispos de la Iglesia es penoso; como mucho son una especie de administradores de quiebra, van llevando lo que queda de la empresa mientras se disuelve y liquida, pero sin tratar de revertir la situación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los comentarios son leídos antes de publicarlos.