domingo, 30 de septiembre de 2018

Se celebra una Misa Tradicional… y no pasa nada

     La Parroquia del Santísimo Cristo de las Cadenas de Oviedo ha decidido acoger la celebración de la misa según el misal de San Juan XXIII, lo que ahora se llama Forma Extraordinaria del Rito Romano, comenzando este mismo domingo a las doce.
     Debemos desmentir, para que la difusión de la verdad dé gloria a Dios, que esa celebración haya causado daños irreparables:
- Es falso que las columnas del templo se hayan agrietado. Han resistido las oraciones en latín sin el menor problema.
- Es falso que los demonios se hayan escapado del Infierno y azotado a los asistentes e, incluso, a las personas que pasaban por la calle. La acción diabólica durante esta misa ha sido la habitual, si acaso algo contenida por la oración a San Miguel que incluye.
- El próximo escándalo de abusos homosexuales siguió incubándose con normalidad. Mientras, el Papa sigue negándose, con igual normalidad, a reconocer el factor homosexual en todo este desastre.
- La confusión creada por Amoris Laetitia ni ha aumentado ni disminuido durante la Santa Misa.
- El número de progresaurios presentes en el clero ha disminuido durante la Misa, pero eso se ha debido al imperativo biológico de su mucha edad y mayor esterilidad. Se mueren igual sin dejar sustitutos cualquiera que sea el idioma en que se ofrezca el Sacrificio de Cristo.
- Los países occidentales han proseguido su marcha, sin perder el paso, hacia el abismo moral, demográfico y político. No se ha apreciado un endurecimiento de las leyes de género, al menos entre el «In nomine Patris...» y el «Ite missa est».
- El ridículo del Cabildo de la Catedral de Oviedo ha sido cosa de sus propios canónigos, ni Benedicto XVI con su Motu Proprio ni el celebrante con esta Misa hicieron nada que les indujese a decir las tonterías que soltaron.
     La Parroquia del Santísimo Cristo de las Cadenas ha manifestado, a través de su hoja parroquial y su web, que son las continuas exhortaciones del Papa Francisco a la acogida, aborrecer la exclusión y la cultura del descarte, considerar la rigidez como la peor peste, ir a las periferias a por los marginados y aplicar cantidades ilimitadas de misericordia a los descarriados lo que ha llevado a admitir esa Misa en Latín solicitada por un grupo de fieles que no siguen el carril de la modernidad eclesial y proceden de las periferias diocesanas, como lo prueba la marginación que sufren por parte de las instituciones de la Archidiócesis de Oviedo.
     Dos instituciones que están en el centro, el Arzobispo y el Cabildo, han rechazado a estos fieles, eclesialmente, periféricos. El Arzobispo no hizo nada para atender la petición de un lugar adecuado donde celebrar la Misa Tradicional; al dar la callada por respuesta tampoco hizo el ridículo del Cabildo.
     Los del Cabildo quisieron adornarse, quizás recordando los viejos tiempos en que eran una institución muy importante en las diócesis y sus miembros eran los clérigos que más brillaban en el panorama social, y respondieron diciendo que la Catedral es la sede de la forma ordinaria de la Misa y no sería correcto que se celebraran allí las dos formas. Nadie sabe de dónde sacaron esta melonada, qué cabeza pensante produjo semejante engendro intelectual, ni qué norma habla de sedes de la forma ordinaria ni de incompatibilidad de forma de celebración. El nivel del Cabildo es el que es aunque puede que entre sus miembros alguno se las dé de liturgista o canonista.

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