Acierto total del Papa

     Hace unos meses, los Hermanos de la Caridad de Bélgica (yo no les veo caridad por ninguna parte, ni fe ni esperanza) decidieron practicar la eutanasia a los enfermos mentales que lo soliciten en sus hospitales, nada menos que quince. Se trataba de adoptar criterios complementarios para que los pacientes pudiesen elegir entre dos opciones: vivir o eutanasia. Parece que estos criterios complementarios incluyen que los pacientes que desean ser asesinados deben «solicitar cuidados complementarios». ¡Curiosa forma de llamar al matar a una persona para así dejar de cuidarla! ¡A dónde ha llegado la Iglesia para que una congregación masculina de derecho pontificio ande tan extraviada!
     Desde entonces, desde el Superior General de los Hermanos de la Caridad, hasta no sé cuántos obispos y responsables vaticanos les han pedido que rectifiquen, pero nada. Esos hijos de Satanás prefieren alinearse con la muerte antes que con Cristo y su Iglesia.
     Ahora se ha emitido un ultimátum desde los organismos correspondientes de la Curia romana con explícita aprobación del Papa. Los Hermanos de la Caridad de Bélgica deben volver al respeto a al vida, los miembros de su Junta Directiva firmar una carta conjunta al Superior General declarando que «apoyan plenamente la visión del magisterio de la Iglesia Católica, que siempre ha confirmado que la vida humana debe ser respetada y protegida en términos absolutos, desde el momento de la concepción hasta su fin natural». Los hermanos que se nieguen serán sancionados canónicamente, incluso expulsados de la Iglesia (aunque poco puede notar la expulsión el que ya se ha ido). Como es posible que sigan haciendo lo que les da la gana, amparados por la legislación de estados impíos como el belga, también se prevé el privar a sus hospitales de la condición de católicos.
     Una reacción muy acertada por parte de la máxima autoridad de la Iglesia: si surte el mejor efecto, la recuperación de esos extraviados, ¡bendito sea Dios! y si no es así y hay que expulsarlos ¡hágase su voluntad!