El Obispo de Cádiz traga con la idolatría

     El pasado 27 de agostó una procesión idólatra –por más señas hinduista con la diosa Ganesh- entró en la catedral de Ceuta, donde fue recibida con todo honor, el vicario de Ceuta y presunto sacerdote católico, D. Juan José Mateos, le dedico unas palabras de saludo y un coro rociero le dedicó algunos cánticos.
     Unos días después el Obispo aceptó la dimisión del Vicario, supongo que cualquier cosa menos espontánea, y publicó un comunicado demasiado tibio; pero algo es algo.
     Posteriormente me enteré de que las cosas eran todavía peores de lo que parecían hasta entoces. Durante varios años se había producido esa profanación idolátrica de la catedral de Ceuta, práctica que se interrumpió durante otros varios años por advertencia del Obispo al Vicario. Tras esa pausa, en este 2017, el Vicario había vuelto a las andadas admitiendo la procesión idólatra en la catedral.
     Ahora el obispo de Cádiz y Ceuta, D. Rafael Zornoza, se vuelve atrás, o se baja los pantalones, o llamémoslo como queramos, y repone al Vicario ¿para que siga promoviendo la idolatría? El Vicario, tras asumir la responsabilidad y pedir perdón –¿A quién? ¿A Dios? No lo aclara- ha publicado un comunicado que contiene las siguientes perlas:
     «Quiero también manifestar mi cariño y mi cercanía a la comunidad hindú de Ceuta con la que siempre he mantenido una cordial relación y con la que quiero seguir manteniendo lazos de amistad para contribuir a la buena convivencia y armonía en nuestra ciudad.» En ningún sitio manifiesta tanto cariño y cercanía con la comunidad católica; da gracias a los que le apoyaron, pero el común de los católicos y la buena convivencia con ellos le trae sin cuidado.
     «En el comunicado del obispado de ningún modo se reprueban las legítimas tradiciones hinduistas, ni se falta el respeto a sus integrantes o a sus creencias.» La falta de respeto no fue contra los hinduistas, evidentemente, sino contra Dios, contra los católicos y contra la catedral de Ceuta ¿a qué viene tanta preocupación por los hinduistas y tan poca por todo lo demás? ¿Qué sentido tiene llamar legítimas a una tradiciones idolátricas? ¿Legítimas ante Dios? Si las considera legítimas ante Dios que se haga hinduista y nos deje en paz a los católicos.
     «Hemos de comprender que la buena relación entre las distintas religiones parte del respeto mutuo y la aceptación de que cada uno tiene sus normas y su propia identidad.» Pues para respeto mutuo que los hinduistas no entren con sus ídolos en templos de otras religiones.