miércoles, 6 de junio de 2018

Ladaria está siendo algo mejor de lo que esperaba

     Los inicios del, próximamente, cardenal Ladaria al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe me parecieron una desactivación de la misma haciéndola doctrinalmente irrelevante, a tono con un Papa que no tiene la buena doctrina entre sus grandes amores –o a mí me lo parece-.

     Ladaria, en un artículo en L’Osservatore Romano ha subrayado el carácter definitivo de la doctrina expresada por San Juan Pablo II en Ordinatio sacerdotalis: “que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia” y ha defendido su carácter infalible y la absoluta necesidad de mantenerla. Más claro fue unos días antes el cardenal Brandmüller declarando que los que siguen promoviendo el sacerdocio femenino son herejes y deben ser excomulgados. Ladaria no llega a tanta claridad, pero va por buen camino.
     Muchos obispos alemanes son contrarios a dar la comunión a los católicos que dejan de pagar el impuesto religioso y favorables a dársela a los protestantes casados con católicos (supongo que solamente si el cónyuge católico para el impuesto religioso). En este asunto Ladaria, de acuerdo con el Papa, les ha enviado una carta que supone cierto apoyo a los siete obispos alemanes que, contrarios a este disparate, se enfrentaron al resto de la Conferencia Episcopal alemana. Los términos de la carta son algo flojos, pero mucho mejores que la tontería aquella de que ese asunto lo resolviesen los obispos alemanes con un acuerdo unánime. La carta reconoce que eso de dar la comunión a protestantes es un asunto de fe de la Iglesia universal y no únicamente de disciplina de las iglesias particulares de Alemania y, en la práctica, viene a mantener las normas del Concilio Vaticano II y el Código de Derecho Canónico sobre administrar la comunión a no católicos en casos de grave necesidad y siempre que compartan la fe católica sobre la eucaristía.
     En fin, que quizás D. Luis Francisco Ladaria Ferrer acabe siendo un aceptable Prefecto de Doctrina de la Fe. Se lo deseo para bien de su alma, de la mía, de las de todos los católicos y de las de todos los hombres que puedan llegar a ser iluminados por la luz de la fe.

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