Ahí está el Señor

     Hace pocos días se publicó la historia de un japonés, Noriyasu Watanabe, que está próximo a ser ordenado sacerdote, cuando hace doce años ni conocía la Religión católica. La historia puede leerse en http://www.religionenlibertad.com/era-un-japones-sin-fe-en-la-primera-misa-de-su-42988.htm aunque mi interpretación sobre lo fundamental de esa historia es la siguiente.
     A los veinte años Noriyasu era un joven sin religión, ni conocimientos religiosos, ni creencia alguna, como el resto de la familia y gran parte de los japoneses; de catolicismo ni hablemos, prácticamente no había visto un católico ni de lejos. Todo lo más tenía alguna pregunta sobre qué hay después de la muerte o el sentido de la vida, lo que tampoco es desdeñable en este mundo que tanto se esfuerza por que nos animalicemos.
     Entonces conoció a un español católico practicante, o sea, católico, cuya alegría le llamó la atención, y hablaron algo de religión. Noriyasu acabó pensando que la fuente de su alegría y amabilidad podía ser que el joven español, Arturo, iba cada día a la iglesia, por lo que decidió acompañarlo un día a misa.
     Tras arrodillarse los dos en un banco, Arturo señaló el sagrario y le dijo “Ahí está el Señor”, y Noriyasu lo creyó, no bien lo oyó lo creyó y se sintió lleno de felicidad. Después la vida y la fe de Noriyasu fueron a más, hasta su actual proximidad a al sacerdocio.
     «Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: “Arráncate de raíz y plántate en el mar”, y os obedecería.» Lc 17,6. Algo así hizo la fe de Arturo: arrancó a Noriyasu de una vida sin fe ni formación religiosa, de un condicionamiento familiar y nacional fundamentalmente ateo, y lo plantó en la tierra fértil de Dios.
     ¿Con qué convencimiento, con cuánto realismo creía Arturo en la Presencia Real para poder decir, con esa eficacia, “Ahí está el Señor”? ¿Hubiese sido lo mismo si Arturo estuviese contaminado de todos esos errores sobre simbolismo y significación, o si en vez de creer en Jesús Señor solamente hubiese creído en Jesús amigo? Lo dudo. Si se hubiese dado alguna de esas contaminaciones Arturo podría tener más o menos convencimiento subjetivo, pero le habría faltado la fuerza de la verdad, de Dios.