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LEED EL CATECISMO

     El sacerdote Leandro Bonnin recuerda en su blog a uno de sus profesores del seminario que les recomendaba leer a Santo Tomás de Aquino para ordenar las ideas y aprender a pensar. El P. Bonnin nos traslada la propuesta a la lectura del Catecismo de la Iglesia Católica, que también ordena las ideas y enseña a pensar, y es antídoto contra innovaciones de dudosa ortodoxia, sorprendiéndose del poco uso que se hace de él incluso entre católicos de buena doctrina. En su seminario el Catecismo era de utilización obligatoria en todas las disciplinas teológicas.
     Me parece que lo que hacían en el seminario donde estudió el P. Bonnin debería hacerse en todos y en cualquier otro ámbito de formación católica. El Catecismo no lo trae todo sobre todas las cosas, pero lo que está en contra de sus enseñanzas seguro que es erróneo, se disfrace como se disfrace: novedad teológica, misericordia, práctica pastoral que no afecta al dogma…
     El P. Bonnin termina recordando una recomendación del cardenal Caffarra para los que padecen con la actual confusión: «Lee y medita en el Catecismo de la Iglesia Católica nn.1601-1666. Y cuando oigas a algunos hablar del matrimonio –aunque lo hagan sacerdotes, obispos, cardenales- y luego compruebes que no está en conformidad con el Catecismo, no los escuches. Son ciegos guías de ciegos». Amén, Eminencia.

TOLERANCIA CERO CON LA HEREJÍA

     Comenzaré aclarando que ese es mi sueño, no la realidad que se vive en la Iglesia.
     Con motivo de la fiesta de los Santos Inocentes, el papa Francisco escribió una carta a los obispos en la que dedica algunos párrafos a los abusos sexuales de sacerdotes contra niños. Lamenta y pide perdón por tales pecados de abuso sexual y su cohorte de pecados de omisión de asistencia, ocultación, negación y abuso de poder. Concluye pidiendo la asunción clara y leal de la tolerancia cero en estos asuntos.
     Este pecado de los abusos sexuales contra niños, como todos los pecados, existirá siempre por mucho que hagamos, pero lo inaceptable es que no hagamos nada como ocurrió durante décadas del siglo XX con muchos obispos que se limitaron a ocultar los casos de sacerdotes pederastas y a trasladar a los responsables para que siguiesen ejerciendo en otro sitio (y no únicamente su ministerio sacerdotal). No me extraña que ante tal escándalo los últimos papas se hayan visto a intervenir en el asunto centralizando en la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe la sanción de esas conductas y dando normas muy severas.
     Otro pecado que existirá siempre, en el que la inacción también es escandalosa, es el de la herejía. ¿Para cuando la tolerancia cero? La herejía destruye a la Iglesia, el proceso de destrucción ya está muy avanzado en algunos países y avanza a gran ritmo en otros, de algunas órdenes religiosas lo único que tiene repercusión pública son precisamente los miembros que propagan disparates doctrinales; la pederastia ha sido homosexual en su mayor parte y no es ajena a corrientes heréticas que ven con buenos ojos las relaciones homosexuales, pero hace décadas que no se hace nada al respecto

¿DEBO HACERME LUTERANO?

     Lo pregunto porque si Lutero fue tan bueno, tan testigo del Evangelio y todas esas cosas ¿no será mejor que le siga a él, que le haga caso en lo de que los papas son el anticristo, etc.? Veamos, ¿Lutero fue bueno o malo, estuvo acertado o no? Es imposible que a la vez esté acertada la Iglesia católica, con el Papa al frente, y lo esté también Lutero; tengo que decidirme por una o por otro.
     El grado de degeneración al que hemos llegado en la Iglesia, en altas instancias de la Iglesia, su alejamiento de la fe, de la lógica, de la más elemental percepción realista de lo que nos rodea es tal que un órgano como el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos publica un documento oficial en el que reconoce a Lutero como «testigo del evangelio» (el que no se lo crea léalo en http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/chrstuni/weeks-prayer-doc/rc_pc_chrstuni_doc_20160531_week-prayer-2017_sp.html). Mientras el papa Francisco purga a la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe o a la Academia Pontificia para la Vida.
     Yo purgaría el Pontificio Consejo ese y sospecho que San Pío X haría otro tanto, a juzgar por lo que decía su catecismo:
     «... y finalmente la gran herejía del Protestantismo (siglo XVI), forjada y propagada principalmente por Lutero y Calvino. Estos novadores, con rechazar la Tradición divina, reduciendo toda la revelación a la Sagrada Escritura, y con sustraer la misma Sagrada Escritura al legítimo magisterio de la Iglesia para entregarla insensatamente a la libre interpretación del espíritu privado, demolieron todos los fundamentos de la fe, expusieron los Libros Santos a las profanaciones de la presunción y de la ignorancia y abrieron la puerta a todos los errores.»
     «El Protestantismo o religión reformada, como orgullosamente la llaman sus fundadores, es el compendio de todas las herejías que hubo antes de él, que ha habido después y que pueden aún nacer para ruina de las almas.»
     Pudiera ser que ahora seamos más listos y, sobre todo, más católicos que San Pío X… y el que no se lo crea que reviente.

NAPIER, UN CARDENAL CATÓLICO; NO COMO OTROS

     El cardenal Napier, arzobispo de Durban (Sudáfrica), ha preguntado irónicamente en su cuenta de Twitter si también debe admitirse a la comunión a los polígamos de África, dado que diversos obispos y cardenales del mundo occidental son favorables a que comulguen los divorciados vueltos a casar.
     El Cardenal ha escrito cosas como: «preguntas clave para nosotros en África: ¿Estaba totalmente equivocada la fe que nos enseñaron los misioneros, p.e, que la poligamia es moralmente equivocada porque la Escritura enseña un hombre con una mujer para toda la vida?». «Si los occidentales en situación irregular pueden recibir la comunión, ¿debemos decir a nuestros polígamos y otras "ovejas negras" que también se les permite [comulgar]?»
     Sería interesante que los obispos y cardenales alemanes, muchos con su complejo de superioridad a cuestas, con sus muchos doctorados en teología y otras ciencias inútiles cuando no se tiene fe, respondiesen al cardenal Napier.

PERSECUCIÓN RELIGIOSA

     Llevo algún tiempo convencido de que la persecución religiosa que se nos viene encima en muchos países occidentales, como siempre por odio a la fe, tendrá como pretexto cosas relativas a la homosexualidad y similares; será una persecución de ideología de género.
     No será la primera. San Pelayo fue un niño mártir por no acceder a relaciones homosexuales con no sé qué gobernante musulmán. En Uganda la persecución fue desatada por un rey con el que rechazaron mantener tales relaciones algunos muchachos cristianos.
     Muchas persecuciones han tenido su origen, y en China sigue teniéndolo, en rechazar la idolatría hacia gobernantes e imperios, en negarse a reconocer los poderes terrenales como supremos por encima de cualquier otra ley, voluntad y ser divino. Pero la historia y el presente nos enseñan que la persecución puede desencadenarse por instintos todavía más bajos.
     Ya hace años que vienen produciéndose encarcelamientos, de alguno he leído en Suecia, de personas, generalmente predicadores protestantes no adscritos a ninguna iglesia más o menos oficial, por predicar explícitamente contra las prácticas homosexuales. En España grupos homosexuales han intentado, varias veces, llevar a juicio a obispos católicos, verdaderamente católicos pues de lo contrario nadie les habría atacado, por predicar los males de las relaciones homosexuales y otras aberraciones encuadradas bajo la ideología de género.
     Una de las herramientas de esta nueva persecución consiste en proclamar diversas conductas disparatadas como derechos humanos fundamentales, también el aborto, y perseguir a los que se niegan a colaborar en ellas como enemigos de tales derechos, discriminadores, criminales que impiden a otros el ejercicio de sus derechos humanos. A este respecto he visto la noticia, http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=28235, de que una mujer, que pretende simular ser un hombre, ha demandado a un hospital católico por negarse a extirparle el útero como parte de una «reasignación de género». La demanda es por discriminación basada en el sexo y la identidad de género e incluye al hospital propiamente dicho, a su programa de salud para padres y al sacerdote a cargo de la atención pastoral y las relaciones con los pacientes. Todos ellos son acusados de negar a la mujer en cuestión un tratamiento médicamente necesario que la ayudaría a alinearse con su verdadero sexo. ¡Otro truco adicional! Proclamar como necesidad los más variados caprichos y, por cierto, ¿cómo se sabe el verdadero sexo si el cuerpo y sus cromosomas indican uno y la mente, con su volubilidad, puede indicar algo distinto cada día? Aunque esto solamente ocurre en cabezas no muy bien asentadas, dicho sea en honor a la verdad.
     La pobre mujer también reclama daños, o sea, dinero, por sufrimiento emocional, vergüenza, humillación, dolor, angustia emocional y pérdida del goce de la vida. ¡Otro truco más! Puro subjetivismo y sensiblería. Las conciencias, creencias, derecho a la libertad religiosa e, incluso, derecho a su propio criterio médico sobre la realidad y naturaleza de las dolencias y los tratamientos adecuados de los que trabajan en el hospital no se consideran lo más mínimo; solamente importan los lloriqueos de la que quiere cambiar de sexo, de género o de lo que sea.
     Incluso con el mejor desenlace esta demanda causará considerables gastos de abogados a los denunciados; si los tribunales se suman a la persecución se acabará expulsando, como mínimo, a los católicos de cualquier profesión relativa a la sanidad y de algunas otras más.

CRÍTICA AL PAPA HONORIO I PARA CRITICAR A FRANCISCO

     En la deriva del monofisismo al monotelismo el papa Honorio I tuvo un papel penoso, tanto que el III Concilio de Constantinopla dijo de él que «[…] no cesó, por medio de los susodichos, de suscitar los escándalos del error en el cuerpo de la Iglesia. Y con expresiones inauditas sembró en el pueblo fiel la herejía […]». El papa León II, al aprobar las actas conciliares rebajó la condena al papa Honorio desde defender la herejía a permitir la herejía.
     Lo anterior solamente sería una historia de más de trece siglos si no fuese que en http://infovaticana.com/2017/01/08/cuando-la-iglesia-corrigio-al-papa/ la reciclan introduciendo en el relato terminología de actualidad, de la relativa a los problemas que el papa Francisco está promoviendo o permitiendo en la Iglesia. O yo soy muy mal pensado o todo el artículo de Infovaticana puede leerse como la más dura crítica, incluso denuncia, contra Francisco.

ENTRE LOS PROTESTANTES IGUALITO QUE EN LA IGLESIA

     En Canadá las comunidades protestantes liberales están menguando y las conservadoras prosperando. En la Iglesia los países más contagiados de liberalismo teológico y pastoral van dejando de ser católicos y las iglesias particulares más exigentes en materia de fe y moral son bendecidas por Dios con el incremento que solamente Él puede dar.
     Lo primero lo dice un informe del Pew Research Center elaborado en 2015; lo segundo lo digo yo en base a muchas noticias de últimos años, y el que me vea falto de metodología científica que compare la marcha de la Iglesia en Alemania, Países Bajos o Austria con la marcha en Corea del Sur o en numerosos países de África.
     Católico o protestante, cuanto más alejado de la fe en Dios, en su revelación y voluntad, tanto peor. El que tenga ojos para ver, que vea. (Abstenerse ciegos voluntarios)