miércoles, 27 de agosto de 2014

Denuncian a un párroco por negarle la comunión a una joven

     Acabo de leer, con algo de sorpresa y bastante pesar, que ha sido denunciado ante la Guardia Civil el párroco del pueblo jienense de Sorihuela del Guadalimar por haberse negado a dar la comunión a una chica de 16 años en un funeral. La noticia puede encontrarse en sitios como http://www.diariojaen.es/provincia/item/69718-denuncia-a-un-cura-al-negar-la-comunion-a-una-feligresa http://www.abc.es/espana/20140827/abci-denuncian-parroco-negarle-comunion-201408262319.html
     Para empezar aclararé que los denunciantes, los padres de la muchacha, son unos pésimos católicos y que si la Guardia Civil o cualquier otra autoridad secular realiza la menor acción contra ese sacerdote se hará culpable de persecución religiosa. Nadie está obligado a administrar un sacramento a nadie contra su voluntad y creencias, nadie tiene derecho a obligar a otro a administrarle un sacramento o realizar algún otro acto de culto.
     Durante la, por el momento, última persecución religiosa en España hubo asuntos de estos por parte y parte. Recuerdo que a cierto sacerdote un ayuntamiento, antes de empezar la fase cruenta de la persecución, le impuso una multa por haberse negado a dar la absolución a un penitente, supongo que de la misma cuerda política que los que mandaban. En agosto de 1937 un sacerdote vasco fue condenado a muerte por varios cargos, uno de ellos haber negado la absolución a dos señoras; el cura era nacionalista vasco y supongo que las señoras tirarían más hacia el franquismo.
     Los padres de la muchacha denuncian al párroco por humillación pública de la menor al negarse a darle la comunión por no ir vestida de forma adecuada. Según dicen ese hecho produjo una gran tensión ambiental en el templo ¿qué clase de católicos asistirían a esa misa? y un médico diagnosticó ese mismo día que la criatura padecía ansiedad reactiva como consecuencia del hecho. No creo que debamos dar demasiado crédito ni importancia a este diagnóstico, hoy en día todo el mundo tiene problemas psicológicos por todo; los raros debemos ser los que nos tomamos las cosas con serenidad y sin aspavientos psicológicos.
     Parece ser que el sacerdote colgó, en la entrada del templo, un cartel en el que se indica que indumentaria no es adecuada para ir a la iglesia: tirantes o pantalón corto.
 Y según lo declarado por la alcaldesa del pueblo, a las autoridades seculares les encanta meterse en asuntos eclesiásticos, el párroco no se negó a darle la comunión, sino que le pidió que se cubriera los hombros y, después, regresase. Explica, además, que el cura ya avisó, en varias ocasiones, a la joven de que no podía acudir en tirantes a misa y considera una provocación que lo hiciera el día del funeral. Si la alcaldesa está en lo cierto la ansiedad reactiva de la muchacha ¿se deberá a la frustración de su piadosísimo deseo de recibir el Cuerpo de Cristo o por no haberse salido con la suya en la vestimenta?
     La madre de la niña, o niñata, declara que al acabar la misa habló con el párroco: «Le recriminé la situación tan vergonzosa y humillante en la que puso a mi hija, con la iglesia abarrotada, sobre todo, de mayores, que son los que habitualmente van a las misas, pero él se justificó con lo de la ropa.» Eso de que los mayores son los que van habitualmente a misa ¿significa que su joven hija no suele ir, será una católica de bodas, bautizos y funerales? Queda la duda. La madre no nos ahorra la fundamentación teológica y canónica de su postura: «Por entender que la comunión es un sacramento que no se le puede negar a nadie a no ser que se esté en pecado mortal, lo comuniqué al arcipreste de la zona y, a continuación, al vicario general de la Diócesis de Jaén, Francisco Juan Martínez Rojas.» ¡Hale! El arcipreste y el vicario general ya están informados de cuando se puede negar la comunión.
     Como no podía ser menos, tratándose de personas de tan poco sentido católico, la madre ha recogido firmas, nada menos que 279, para denunciar los hechos ¿había tanta gente en el funeral, tantos testigos? Por mi experiencia son pocos los funerales a los que asisten la mitad de ese número y en un pueblo de 1317 habitantes que asistan a un funeral más de la quinta parte se me antoja difícil. La alcaldesa critica que estas firmas son de personas que residen fuera del municipio; pero señora, del pueblo o extraterrestres ¿fueron o no fueron testigos?
     Como es muy frecuente aparecen defensores del sacerdote con argumentos que no tienen nada que ver con el asunto: una comisión de vecinos fue a decirle al vicario general de la Diócesis de Jaén que el cura se implica en el día a día de la comunidad y ayude a los más necesitados ¿qué tiene eso que ver con el que exija decoro en misa y para comulgar?
     Todo mi apoyo para el Reverendo Don Jesús Fernández Rodríguez, párroco que ha defendido la recepción digna de la Eucaristía, también en lo externo, y que otros muchos sigan su ejemplo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los comentarios son leídos antes de publicarlos.