jueves, 26 de junio de 2014

Papa Francisco, arregla tu antigua casa.

     Este mismo mes el Papa Francisco se reunió con un grupo de Franciscanos de la Inmaculada (Congregatio Fratrum Franciscanorum Immaculatae) para hablar de su situación y responder a sus preguntas. Es sabido que esa orden está intervenida, o como lo queramos llamar, por la Santa Sede que ha nombrado un comisario apostólico para la misma por problemas de administración, relación con la rama femenina, uso casi exclusivo del misal de 1962 e interpretación del Concilio Vaticano II.
     Mientras la generalidad de los sacerdotes, de acuerdo con el motu proprio Summorum Pontificum, pueden utilizar el misal de 1962 libremente, los Franciscanos de la Inmaculada necesitan permiso de sus superiores. Parece ser que uno de los motivos para esta limitación es que la Forma Extraordinaria del Rito Romano no pertenece al carisma fundacional de esa orden; añado yo que de casi ninguna y todavía añado más ¿cuantas tienen en su carisma fundacional utilizar el misal de 1969? El Papa dijo a los reunidos que fue él quien quiso el cierre del instituto teológico interno de los Franciscanos de la Inmaculada, para hacer que los seminaristas estudien en las facultades pontificias teológicas romanas.
     Problemas de gobierno y administración, roces, quejas, un uso que se estima excesivo de una liturgia que tiene aprobación pontificia, un centro de estudios que no gusta... esto es suficiente para intervenir e imponer limitaciones a una orden religiosa. ¿Y qué pasa con los jesuitas? ¿Tienen bula? Dice la crónica que el Papa se mostró informado de todo y sigue de cerca lo relativo a los Franciscanos de la Inmaculada. Me permito suponer que está todavía más informado de lo que pasa en la Compañía de Jesús, conoce mejor esa casa. ¿No sería conveniente que la mayor orden de la Iglesia, la que el Papa mejor conoce y sobre la que, por tanto, puede actuar con mayores posibilidades de acierto fuese sometida a una reparación de sus averías? Porque lo que hacen los hijos de San Ignacio por el ancho mundo es para nota.
     Veamos la parroquia de San Francisco Javier de Nueva York, llevada por jesuitas. Primera noticia que figura en su web:
Upcoming LGBTQ Events
Here are a few church-based events and activities going on around the city over the next couple of weeks. All are open to people outside the respective parishes so please feel welcome to attend:
The Church of the Ascension (221 West 107th St between Broadway and Amsterdam) is celebrating a Gay Pride Mass on Tuesday, June 17th, at 7:30pm.
Saint Paul will be holding its Annual Pride Mass outdoors in Sheridan Square (Christopher St and 7th Ave) on June 18th at 7pm.
The Church of St. Francis of Assisi is having a special Pride Mass on June 28th.
St. Columba’s Church will show the film “Brother Outsider: The story of Bayard Rustin” on Wednesday, June 25th, beginning at 7pm with discussion and reception to follow.
The Church of the Village (201 West 13th St) will be presenting “Stations of the Cross: The Struggle for LGBTQ Equality” on Thursday, June 26th, from 5:30-8:30pm.
     Propaganda homosexual, de actividades de homosexuales (y todo lo demás que acompaña) o dirigidas a homosexuales activos y activistas en sentido favorable a su actividad homosexual. Si alguien lo duda que mire el significado de “Gay Pride” en cualquier parte: “Gay pride or LGBT pride is the positive stance against discrimination and violence toward lesbian, gay, bisexual, and transgender (LGBT) people to promote their self-affirmation, dignity, equality rights, increase their visibility as a social group, build community, and celebrate sexual diversity and gender variance.” O sea, que en Nueva York hay una serie de templos que celebran misas y actividades de exaltación homosexual y los jesuitas de San Francisco Javier lo difunden con gusto. ¿Es más grave esto o el utilizar el misal de 1962 como los Franciscanos de la Inmaculada?
     Si nuestros simpáticos jesuitas se limitasen a poner anuncios, pero en esa parroquia tienen grupos parroquiales como el de lesbianas:
Practicing Catholics and non-practicing, the religious and not-so-religious—all are welcome. Our mission is to provide a safe place for gay women to come together and discuss issues related to spirituality, identity and community. Led and organized by parishioners, we have been meeting at the Church of St. Francis Xavier for more than twelve years on the second Friday of every month at 55 W. 15th St., West Room, second floor.
     No vamos a discriminar por sexo, o por género, o por tendencia o lo que sea; esa parroquia también tiene su grupo ¿masculino?
GAY CATHOLICS
Welcome
Men meet monthly on the first and third Fridays in a welcoming, affirming environment to address gay Catholic life and how best to live authentically our commitment to the Gospel.
Regular meetings are held in the Mary Chapel at 7PM. Please enter at 55 W. 15th Street.
     ¡Y celebran estas reuniones en una capilla!
     No todo van a ser cosas LGBTQ, también tienen un grupo de meditación Zen. Estos orientalismos son peligrosos pero comparados con lo anterior parecen flor de catolicidad.
     No consta que los jesuitas de esa parroquia hayan sido fulminados, ni siquiera amonestados, por sus superiores de la orden. Debe ser que en la Compañía de Jesús la reafirmación de los homosexuales en su homosexualidad forma parte del carisma fundacional, y si no lo es ¿qué pasa? ¿por qué no pasa nada?
     Tenemos el caso del también jesuita Juan Masiá Clavel que, con algún tropiezo en sus libros y alguna destitución, sigue siendo jesuita y teniendo algún papel en instituciones regidas por jesuitas. En su blog nos deja una serie de perlas:
     Nos informa de que Jesucristo y Buda hacían lo mismo “Todos somos buscadores, como Jesús y como el Buda... Tan cerca de ti como tu mismo corazón y tan lejos como lo olvidado que tienes su latido.”
     Se muestra partidario de la eutanasia activa “pienso que lucidez y responsabilidad en el último acto de la vida pueden significar una firme decisión de anticipar la muerte ante su irremediable proximidad y la pérdida extrema y significativa de calidad de vida.” A este respecto se apoya en el Instituto Borja de Bioética, otra cosa eclesiástica y de jesuitas que habría que limpiar.
     Afirma que el aborto voluntario no solamente puede ser lícito, sino moralmente obligatorio “Por ejemplo, cuando una pareja reconoce que, por serias razones, no se puede responsabilizar de dar a luz y criar una criatura (por ejemplo, en casos de malformaciones muy graves y en el contexto de una sociedad que no ayuda con leyes eficaces a proteger la dependencia ), en vez de decir que tiene derecho a abortarla, debería decirse que tiene responsabilidad de interrumpir en sus primeras fases el proceso de gestación antes de que su interrupción se convierta en un aborto. Interrumpirían, en ese caso, responsablemente un embarazo precisamente para impedir un aborto.” Según él no está mal matar un embrión, incluso puede estar muy bien, lo que está mal es matar un feto. No hace caso a San Juan Pablo II que decía que si no somos humanos desde el principio ¿cuándo lo vamos a ser?
     Por si no nos iluminó suficientemente con lo anterior el Reverendo Padre Masiá insiste en la obligatoriedad del aborto “Habrá casos en los que pueda darse incluso la obligación (no el derecho) de interrumpir en sus primeras fases el proceso embrional de constitución de una nueva individualidad antes de que sea demasiado tarde.”
     El Reverendo Padre José Ignacio González Faus, jesuita que pronunció su cuarto voto el 2 de febrero de 1968, nos invita a adoptar la mentalidad del mundo “La Iglesia tiene que estar con las víctimas, los crucificados, los pobres, los perseguidos; con la mentalidad de cada época y con las diversas culturas.” O sea que tenemos que estar con la mentalidad abortista, homosexualista, etc. de nuestro tiempo.
     Con semejante principio no debe extrañarnos que se muestre favorable al aborto, solamente al de las mujeres pobres, no de las ricas; aunque es difícil explicar ese distingo pues en el mismo artículo niega el carácter de persona incluso después del nacimiento: “Se acusa a la Iglesia de sostener que el embrión es una persona. La acusación suena rotunda, pero sólo lo es en parte. El embrión no es todavía una persona. Como el recién nacido tampoco es aún una persona.”
     Pues semejante individuo es jesuita y defendido, en alguna entrevista lo afirma, por la superioridad jesuita frente a las acusaciones que se le hacen.
     Estos días ha enseñado la patita otro jesuita, esta vez en Chile y recién llegado del Congo ¿qué pecado habrán cometido los congoleños para que les envíen gente así?, Felipe Berrios que ha declarado entre otras lindezas “¿Cuál es el problema del matrimonio homosexual? Dios los creó homosexuales y lesbianas, y Dios está orgulloso que ellos sean eso. El problema está en nosotros que no los entendemos, no en ellos.” También niega que ese tipo de relaciones sean pecado, después de lo anterior ¡solo faltaría! Mire y compruebe con esos ojos que se ha de comer la tierra. Y no pasa nada.
     Carlos Alonso Bedate es otro de esos jesuitas de escándalo, miembro del Comité de Bioética de España que recientemente ha emitido un informe sobre la nueva ley del aborto que está en preparación, ley del aborto aunque se pretenda llamarla “Ley Orgánica para la Protección de la Vida del Concebido y de los Derechos de la Mujer Embarazada”. En el tal informe nuestro jesuita suscribe un voto particular en el que niega que los no nacidos sean personas “...pero también se puede hablar de una dignidad que podemos y debemos atribuir razonablemente a quienes no se pueda aún atribuir el término persona en su sentido más específico, por ejemplo el nasciturus.” Después de esto ¿debe extrañarnos que en el mismo voto particular, con gran lujo de circunloquios, pida el aborto por malformación del nasciturus? algo que el Anteproyecto de Ley Orgánica no preveía. ¡Un jesuita que pide más aborto!
     El Padre Alonso Bedate termina su voto particular pidiendo que se limite más la objeción de conciencia: “En el Anteproyecto actual se dice que los profesionales sanitarios podrán ejercer el derecho a la objeción de conciencia, pero -a nuestro juicio- se entiende de manera demasiado extensiva, ya que ampara tanto el caso de participación directa en el aborto como la mera colaboración.”
     Para mayor gloria de la Compañía de Jesús ese mismo voto particular, más aborto y menos objeción de conciencia, lo firma también Federico de Montalvo Jääskeläinen, profesor adjunto de la Facultad de Derecho de la Universidad Pontificia de Comillas; sí, esa que llevan los jesuitas. Si la Compañía tiene miembros proabortistas ¿por qué no va a contratar profesores de la misma tendencia?
     En la pontificia y jesuítica Universidad de Comillas cuecen habas, pero en la de Georgetown a calderadas. Los obispos de Estados Unidos, con criterio que les honra, establecieron que las “instituciones católicas no deberían honrar a aquellos que actúan contra nuestros principios morales fundamentales. No deben recibir premios, honores ni tribunas que sugieran un apoyo a sus acciones”. La también jesuítica Universidad de Georgetown invitó a pronunciar un discurso inaugural a Kathleen Sebelius, Secretaria de Salud y Servicios Humanos, la colaboradora del ultraabortista Obama que ha creado normas para obligar a las empresas a pagar anticonceptivos, abortos y esterilizaciones a sus empleados; una que afirma ser católica y defiende con fervor el aborto legal. Y la invitan a pesar de todo eso y de que el entonces arzobispo y hoy cardenarl Burke declaró públicamente que Sebelius no puede comulgar, porque “persiste obstinadamente en un pecado grave” y el Arzobispo de Kansas City, Joseph Fred Naumann, había afirmado igualmente que la Secretaria no debía comulgar “hasta que se confesase adecuadamente”. Los jesuitas de esa universidad ¿habrán leído a San Ignacio en lo de sentir con la Iglesia? La Sebelius soltó su discurso recomendando a los alumnos “seguid vuestra propia brújula moral”.
     Estas historias sobre la Universidad de Georgetown pueden encontrarse en diversos sitios donde también se encuentra que hasta algún jesuita reconoce estar llegándose al punto en el que la universidad jesuita se habrá separado completamente de la Iglesia católica. Amén.
     En la propia web de la Universidad puede verse la tibieza con la que se trata el culto católico en la misma, uno entre, al menos, cinco y la nula tibieza con que se toma la promoción del homosexualismo; están orgullosos de ser la primera universidad jesuita al respecto: “The LGBTQ Resource Center, serving lesbian, gay, bisexual, transgender, queer, and questioning individuals, is the first such Center of its kind at a Catholic/Jesuit institution in the country. We have sought to build on the rich interfaith and intellectual engagements of Georgetown to create a Center that will speak to all of us in all of our rich diversity.” Sépanlo todos, para los jesuitas de esa universidad cualquier cosa que no sea ni continencia ni relación heterosexual es “rica diversidad”; ni pecado, ni tendencia malsana, ni nada que sería mejor cambiar.
     Todo esto está dentro de la Compañía de Jesús, y sigue estando, y no pasa nada ¿qué grado de podredumbre tiene la Compañía? Y si esa podredumbre no está generalizada ¿cuál es el grado de podredumbre de sus superiores, los que tendrían que reprimir estos casos?
     Puede alegarse que los jesuitas son unos diecisiete mil y los casos que expongo unos pocos. No tan pocos pues hay más y cada poco llega a los medios de comunicación algún caso nuevo. Tampoco son pequeñas cuestiones de matiz, acusaciones ya clásicas de que si un poco de laxismo o algo de semipelagianismo, acusaciones en que hasta puede haber, e históricamente ha habido, más de malentendidos o envidias que de error. Se trata de negaciones frontales de mandamientos como el quinto y el sexto en sus formulaciones más elementales y sencillas. Y no pasa nada.
     Si un comisario apostólico es bueno para corregir lo que va mal en los Franciscanos de la Inmaculada ¿por qué no es bueno para corregir la Compañía de Jesús? ¿Es más grave haber creado un instituto teológico interno que mantener la Universidad de Georgtown haciendo lo que hace? ¿Tan mal han llevado las cuestiones administrativas esos franciscanos que es peor que predicar el aborto y la eutanasia? ¿Quiénes están haciendo más daño a los fieles católicos en todo el mundo, causando más escándalo y apartando a más de la fe, los numerosos e influyentes jesuitas o los pocos y casi desconocidos Franciscanos de la Inmaculada? Hasta su intervención ni sabía de la existencia de esos frailes, en cambio de los jesuitas llevo décadas recibiendo noticias del mal que hacen. Quizás los Franciscanos de la Inmaculada se merezcan la intervención, pero la Compañía de Jesús la necesita mucho más y si fuesen sensatos la pedirían ellos mismos.
     Hace años oí, aunque ignoro si es cierto, que algunos jesuitas han dejado su orden para seguir siendo católicos, simplemente católicos, dado el ambiente de apoyo a todo error moral y herejía que se respira. Sea como sea me parece que, para salvarse, es más seguro estar fuera que dentro de algunas comunidades jesuíticas y no debo ser el único que así piensa pues ¿por qué los jesuitas han bajado de treinta y seis mil a diecisiete mil? porque ahí ya no se acompaña a Jesús.

1 comentario:

  1. Ya que trae a colación de la Universidad Pontifica de Comillas, especial atención merece su cátedra de Krausismo y Masonería, dirigida por el padre Ferrer Benimelli S.J. quien según el experto en masonería sacerdote Manuel Guerra Gómez es masón.

    Curioso

    Este asunto es tratado en el libro: La infiltración. La infiltración marxista y masónica en la Iglesia española y Universal del siglo XX. Fénix. Madrid, 2008.

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