miércoles, 15 de octubre de 2014

Seguimiento del Sínodo sobre la familia (X)

     La relación oficial de la sesión del Sínodo el día 13 de octubre por la mañana dice que se presentó la Relatio post disceptationem por el cardenal Péter Erdö que, a continuación, fue debatida.
     Parece ser que los padres sinodales se deshicieron en elogios a la Relatio: ha sido apreciada por su capacidad de retratar adecuadamente las intervenciones, captar el espíritu de la asamblea, destacar la acogido como tema principal de los trabajos, en ella emerge el amor de la Iglesia por la familia fiel a Cristo, su capacidad de estar cerca del ser humano en cada momento, de comprender que hay personas que sufren tras los problemas pastorales. Los que hemos leído las declaraciones periodísticas de algunos padres sinodales tenemos dificultades para creernos este resumen oficial.
     No obstante el resumen de la Oficina de Prensa de la Santa Sede reconoce que ha habido sugerencias para mejorar el documento; sugerencias, no críticas, que todo es felicidad, sonrisas y buen rollo.
     Entre las sugerencias están el hablar más de las familias que se mantienen fieles a las enseñanzas del Evangelio, que el Sínodo reconozca que es posible y se da realmente el caso de matrimonios felices y fieles para siempre; la necesidad de profundizar y aclarara lo de la gradualidad para evitar confusiones; que establecer excepciones para que accedan a los sacramentos los adúlteros las convertiría en regla común; la palabra pecado casi no aparece en la Relatio; prudencia en el caso de los homosexuales no parezca que la Iglesia da por buena esa orientación y otra tanta prudencia al hablar de convivencia sin matrimonio por lo mismo.
     Que las cosas no eran tan idílicas como sugiere el resumen oficial queda confirmado por la necesidad de lanzar posteriormente una declaración del Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede en nombre de la Secretaría General del Sínodo para decir que no nos tomemos tan en serio la Relatio post disceptationem, que solamente es un documento de trabajo que resume las intervenciones y el debate de la primera semana. Lo malo es que no todos los padres sinodales creen que sea un resumen inocente y sus fallos en lo doctrinal son clamorosos, por lo que dice y por lo que calla.
     En http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/1350894?sp=y aparece un artículo del cardenal Camillo Ruini sobre “El Evangelio de la familia en el Occidente secularizado”, todo interesante y aprovechable del que voy a destacar lo siguiente:
     “La misma "Familiaris consortio" confirma sin embargo la praxis de la Iglesia que, “fundándose en la Sagrada Escritura reafirma su praxis de no admitir a la comunión eucarística a los divorciados que se casan otra vez”. La razón fundamental es que “su estado y situación de vida contradicen objetivamente la unión de amor entre Cristo y la Iglesia, significada y actualizada en la Eucaristía”.”
     “Por lo tanto, no está en cuestión su culpa sino el estado en el que objetivamente se encuentran.”
     “Por ello, hace mucho tiempo que se buscan otras soluciones. Una de ellas, aunque mantiene firme la indisolubilidad del matrimonio rato y consumado, considera que puede permitir a los divorciados vueltos a casar recibir la absolución sacramental y acercarse a la Eucaristía, con condiciones precisas pero sin tener que abstenerse de actos propios de los esposos. Se trataría de una segunda tabla de salvación, ofrecida en base al criterio de la "epikeia" para unir a la verdad la misericordia.”
     “Sin embargo, este camino no parece practicable, principalmente porque implica un ejercicio de la sexualidad extraconyugal dado el perdurar del primer matrimonio, rato y consumado. En otras palabras, el vínculo conyugal originario seguiría existiendo, pero en el comportamiento de los fieles y en la vida litúrgica se podría proceder como si ese no existiera. Estamos, por lo tanto, frente a una cuestión de coherencia entre praxis y doctrina, y no sólo ante un problema disciplinar.”
     “En lo que respecta a la "epikeia" y a la "aequitas" canónicas, estos son criterios muy importantes en el ámbito de las normas humanas y puramente eclesiales, pero no pueden ser aplicadas a las normas de derecho divino, sobre las que la Iglesia no tienen ningún poder discrecional.”
     Vamos, que de comunión de los divorciados vueltos a casar nada de nada según el cardenal Camillo Ruini que, sin duda, además de ser cardenal es católico. De paso también ataca las propuestas de separar pastoral de doctrina.
     Claro que cualquier crítica sobre la Relatio post disceptationem se queda corta, muy tímida, frente a la que hace el P. José María Iraburu en http://infocatolica.com/blog/reforma.php/1410141056-286-2-la-relatio-posterior-al-1 llega a calificar esa Relatio de inspirada por el Padre de la Mentira, o así lo leo yo cuando escribe: “El error en este enfoque está en presentar la parte de bien, que existe en toda conducta humana por nuestra condición de criaturas de Dios, como si justificase el pecado o lo hiciera más aceptable ... En cambio, la doctrina católica siempre ha enseñado que absolutamente nada en el mundo justifica cometer un pecado. Nada. Y menos un pecado mortal. Una afirmación que relativice su importancia como si, de algún modo, se compensase con otras cosas buenas que haga la persona es siempre errónea, está inspirada por el Padre de la Mentira.” Que conste que yo no he añadido nada a lo escrito por el P. Iraburu.

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